viernes, 20 de noviembre de 2009

Significado....

"Familia: Base de la Sociedad"



Al querer hablar de la familia prehispánica, específicamente de la incaíca entre el siglo IX y el siglo XV, podríamos observar que la familia era base de su sociedad.
En los Petroglifos del Valle Aconcagua o en los Codices a lo largo de toda America Latina, podemos encontrar registro que van desde el nacimiento de un hijo, las ceremonias sagradas, la forma en que eran educados niños y niñas entre otros... el día a día. En defenitiva actividades desarrroladas en el seno del núcleo social.


"El papá era el jefe de la familia, dedicado principalmente a la agricultura, y la mamá como siempre, (como sucede entre los indígenas actuales) en la cocina, haciendo las tortillas; actividad en la que es practicamente imposible ver a un hombre, más sin embargo sí en la cacería".
Carmen Aguilera

En aquella época había, como ahora, diferenciación de sexos por las labores, así como también existía el respeto de la sociedad por los ancianos y las familias como parte fundamental de su conocimiento. Considerando, a su vez, a sus hijos como una dádiva de los dioses, ya que serían ellos quienes darían continuidad al linaje y colaborarían en las actividades productivas del núcleo, además de que aprenderían a respetar a sus mayores y a venerar a las deidades.
Por ello, era fundamental que al interior de cada núcleo familiar los niños aprendieran que en la generación del universo habían estado presentes las energías masculina y femenina, que se unieron para dar fuerza a la creación de la vida.
Bajo esa concepción, en el seno de la familia las mujeres educaban a las hijas, mientras que los varones instruían a los hijos, y durante todo ese proceso de enseñanza informal niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo.
Es así como con esta concepción de lo que sería la familia en la época prehispánica, podemos compararla con lo que hoy en día seria la familia actual.
De esta manera nos encontramos con dos posturas diferentes sobre la familia contemporánea:
La primera afirma que el núcleo familiar se ha encogido, replegado sobre la pareja. Habiendo dejado de ser un lugar de producción, ya que no es más que un motivo para el consumo así como también ya no asegura las funciones de asistencia de la que en otros tiempos se encargaba. Mientras las funciones que conserva, como por ejemplo, la socialización de los hijos, son compartidas hoy en día con otras instituciones. En conclusión, planteándolo de esta forma, la celular familiar parece haberse debilitado.

La otra postura, por el contrario, la reconoce como una fuerza formidable, en la medida que ella se ha refugiado concentrándose solo en el núcleo familiar (padres e hijos), dándole un lugar privilegiado a la afectividad. La pareja, y en segundo lugar los hijos, capitalizarían todos los sentimientos que no pueden expresarse en una sociedad deshumanizada.
Más esto no quiere decir que la familia este exenta de peligros. El peligro familiar toma la figura de uno interno, el cual surge de las relaciones neuróticas: el ahogo familiar o la destrucción de sus miembros por la presión intolerable que les hacen sufrir las prohibiciones familiares son algunos ejemplos.
Es entonces que en vez de desmitificar el discurso de la crisis de la familia hay que reconocer que este no es una novedad, pues a lo largo del siglo XIX el tema a sido recurrente.
Por ende, en lugar de analizarla en términos de crisis hay que preguntarse como la familia aún cuando a sufrido transformaciones económicas, sociales y culturales de los últimos 150 años, a resistido y a contribuido al entorno...
De esta forma podemos concluir que la familia fue, es y será, a pesar de las transformaciones que pueda sufrir, las bases de la sociedad.

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